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La calidad de vida en el lugar de trabajo se ha convertido en un importante eje estratégico de las empresas. Esta tendencia está vinculada con el hecho de que los índices de absentismo, agotamiento, etc., hayan aumentado, pero también con el hecho de que los empleados estén cada vez menos comprometidos y no se identifiquen con su empresa como antes. Para remediar este problema, todas las empresas —independientemente de su tamaño— ponen en práctica medios para favorecer el bienestar de sus empleados en el lugar de trabajo y el proceso de marca empleadora.
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bienestar en el lugar de trabajo es un «estado de ánimo caracterizado por una armonía satisfactoria entre, por un lado, las aptitudes, las necesidades y las aspiraciones de los trabajadores y, por el otro, las limitaciones y las oportunidades del empleo».
Por lo tanto, se trata de un sentimiento individual, por lo que el concepto de bienestar en el lugar de trabajo es bastante subjetivo, ya que depende de la percepción y la sensación de cada individuo. El bienestar en el lugar de trabajo tiene como objetivo proteger la salud física, moral y social de los empleados de una empresa para que estos se sientan realizados.
Engloba los factores relativos a las condiciones de trabajo, por ejemplo:
Si los empleadores toman cada vez más en cuenta el bienestar es porque hay varios objetivos claves:
Estos desafíos son fundamentales para el buen funcionamiento de la empresa porque —más allá del rendimiento económico— permiten un desempeño social con el que los trabajadores están más comprometidos, cooperan y le dan sentido a su trabajo.
Las empresas ponen en práctica diferentes medios para influir positivamente en la calidad de vida de los trabajadores en el lugar de trabajo.
Para las empresas en las que los empleados están expuestos a riesgos importantes, satisfacer su bienestar consiste en protegerlos y garantizar su seguridad. Por lo tanto, las empresas proporcionan los equipos de protección individual (EPI) en función de los peligros a los que están expuestos los trabajadores (calzado de seguridad, protecciones auditivas a medida, cascos contra el ruido, guantes, etc.).
En la actualidad, ciertas empresas permiten que sus empleados decidan el lugar y la estructuración del tiempo de trabajo. La implementación del derecho al teletrabajo permite a los empleados trabajar desde casa o en coworking (cotrabajo), por ejemplo. Además, los horarios de trabajo son más flexibles cuando las actividades lo permiten.
Así, la imagen de la empresa se revaloriza, ya que se muestra como conciliadora.
La práctica del teletrabajo ha llevado a muchas empresas a replantearse sus espacios de trabajo:
De este modo se observa una diversidad de espacios. Las empresas invierten en espacios de relajación (cafeterías, gimnasios, salas de descanso, etc.), en espacios para intercambiar ideas que permiten estar en calma y concentrarse, etc. La decoración ya no se deja al azar y puede variar según el tipo de espacio.
Los jefes de felicidad son gestores diferentes. Originalmente surgidos en los Estados Unidos, hoy crecen en número en Francia. Su papel es, literalmente, hacer feliz a cada uno de los trabajadores y velar por su bienestar.
Para cumplir con su misión, el jefe de felicidad debe prestar atención a cada empleado para proponer soluciones. Garantiza la comunicación interna, organiza eventos, propone talleres deportivos, actividades de bienestar (masaje, yoga, etc.).
Estas actividades permiten tanto desarrollarse personalmente como disminuir la presión y cultivar la cohesión de los equipos en aras de crear un ambiente de cordialidad en el seno de la empresa.
El ruido es un factor importante de la calidad de vida en el lugar de trabajo por su impacto negativo. De hecho, una encuesta del Instituto Francés de Opinión Pública demuestra que la mayoría de los trabajadores sufren molestias a causa del ruido y que dichas molestias no están exentas de efectos.
La causa de estas molestias puede estar en las conversaciones telefónicas de los compañeros de trabajos o en los ruidos de pasos, teclados, puertas, máquinas, sonidos que proceden del exterior, etc.
En las oficinas, el ruido no suele superar los 50 dB. Sin embargo, constituye la primera causa de perturbación en el lugar de trabajo. 1 de cada 2 trabajadores manifiesta sentirte irritado por el ruido y las molestias sonoras en su lugar de trabajo que afectan su desempeño.
No se deben subestimar las consecuencias del ruido:
Por lo tanto, es importante que las empresas encuentren soluciones para limitar el ruido entre sus trabajadores.
En la industria, visto que el ruido es más fuerte, hay consecuencias mucho más graves que pueden conllevar a lo siguiente:
Existen dos tipos de soluciones para reducir el ruido:
El ruido está en todas partes y se considera una molestia que impide que sus empleados estén en plena posesión de sus capacidades. Es importante actuar para mejorar su comodidad y su capacidad laboral.
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